Peter Kolosimo, Robert Charroux, Eric Von Daniken y otros tantos, han apostado por humanidades terrestres mucho más antiguas que lo que la ciencia oficial proclama. Descubrimientos y hallazgos arqueológicos de investigadores y estudiosos independientes resquebrajan los cimientos de la Arqueología ortodoxa. Esta se debate entre sus dogmas inamovibles y sus ataques a los defensores de la verdad heterodoxa. El fin de todo ello está próximo: la conciencia humana empieza a liberarse de sus ataduras y mordazas, esto es, comienza a elegir entre "esa verdad" manipulada y la "otra verdad", libre de prejuicios y dogmatismos anacrónicos.

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¿DINOSAURIOS MUERTOS POR EXPLOSIVOS ?


Para el investigador Peter Kolosimo autor de numerosas obras hete rodoxas seres de otros mundos "aterrizaron" en nuestro planeta en tiem pos remotos. Precisamente, en su obra "No es terrestre" se preguntaba quiénes eran los que disparaban contra los dinosaurios. Y esto venia a cuento, porque algunos científicos de la ex Unión Soviética se atribu yeron hallazgos de increíbles dimensiones: los de ciertos huesos perte necientes a gigantescos saurios prehistóricos que fueron despedazados por proyectiles explosivos.

¨ Pero fueron hombres de la Tierra o de otros mundos los que "cazaron" a bombardeo limpio a los temibles dinosaurios del jurásico ?

En un principio, tendríamos que desechar la posibilidad de que fueran habitantes autóctonos de la Tierra, ya que la antropología oficial nos ha bla de que el "homo habilis" apareción hace unos siete millones de años.

Esta sería al menos la respuesta convencional. Sin embargo, en 1968, W.J. Meister localizó en Antílope Spring, en el estado de Utah, una huella humana con trilobites incrustados en el talón. Y lo paradójico del caso es que la huella calzaba ¡sandalias! La Arqueología y Antropología ortodoxas se convulsionaron ante el descubrimiento y no acertaron a solucionar un enigma aún pendiente.

Por otra parte, hay que decir que los trilobites son antrópodos ma rinos que aparecieron por primera vez en el cámbrico, alcanzaron un gran desarrollo en el silúrico, disminuyendo notablemente en el devónico, y de sapareciendo finalmente en el pérmico, período geológico que empezó hace unos 280 millones de años y duró aproximadamente unos cincuenta millones". Por tanto, "alguien" se paseaba por el planeta en plena Era primaria. Y si los extraterrestres han dejado huellas ineludibles de su presencia desde hace milenios, es poco probable que unas sandalias delataran una tecnología alienígena supuestamente avanzada en millones de años a cual quier vida que por aquel entonces existiera en la Tierra. No obstante, si ello fuera así y los extraterrestres se hubieran servido de este calzado es plausible que aquéllos imitaran a otro colectivo más "terrestre", en suma.Ello encajaría con la tecnología que cazaba saurios gigantescos y que posteriormente actuaba de un modo más "humano". Una mezcla entre hombres y "dioses", entre creadores y creaciones. Una humanidad que quizá provino de fuera de nuestro planeta, cuya simiente maduró lo suficiente para recibir luego el don del pensamiento y la inteligencia. Y ¿por qué no? Quien sabe si los tripulantes de los enigmáticos Ovnis que nos visitan son herederos de aquel cruce "entre los dioses y las hijas de los hombres".

ENIGMATICOS OOPARTS
Los OOPARTS (Out of Place Artfacts) artefactos o utensilios fuera de tiempo o lugar desafían aún más a los teóricos oficialistas de la ciencia racional.

En Whitside Country, en 1851, se encontraron dos anillos de cobre a unos 36'5 metros de profundidad. Y, en junio del mismo año, en las pro ximidades de Dorchester (Massachusetts), una explosión sacó del interior de un sólido bloque que se formó en una edad remota, una vasija en forma de campana de un metal desconocido, adornada con motivos florales". Descu brimientos que avanzan en miles de años las civilizaciones conocidas.

Pero, el descubrimiento más sensacional se realizó en noviembre de 1869, en el interior de una roca de las denominadas "Galerías de la Abadía de Treasury City", Nevada. En el interior de la roca había estado incrus tado un tornillo, que ya no existía, de 5,08 centímetros, pero sus contor nos de rosca quedaron marcados. Los científicos americanos, ante la anti güedad de la roca, dijeron que el descubrimiento podría retrasar la His toria de la Humanidad en ¡millones de años!.

Por otra parte, en Caw Canyon, a unos cuarenta kilómetros al este de Lovelock, en el Estado de Nevada, se halló otra huella humana pertene ciente a un cuerpo esbelto, ágil, armonioso y equilibrado estampado en ar cilla. Esta huella fue datada en la mitad de la Era Terciaría.Y recordemos que la ciencia empírica tradicional sitúa la aparición del hombre en la siguiente, la cuaternaria.

LA ANTARTIDA TROPICAL

Entonces llego Barret, con su equipo de la Ohio State University e Institute of polar studies, para completar artificialmente el trabajo de la naturaleza, aplicando cinceles a las grises rocas triásicas, viejas rocas de unos doscientos millones de años.

De este modo encontró un fragmento (dos pulgadas y media) de maxi lar fosilizado. El fósil demostraria que, anfibios más o menos del tamaño de un cocodrilo, vagabundearon por una Antártida Tropical. Asimismo, pro veía nuevas evidencias a quienes suponen que todos los continentes se agruparon confusamente alguna vez.

En 1968, en el museo de Historia Natural de Nueva York, el paleon tólogo Edwin H. Colbert identificó el fragmento como perteneciente a un anfibio del triásico inferior, el laberynthodonte (así llamado por su den tadura plana y laberíntica), y se puso a investigar entre estos restos y otros remanentes fósiles. También desmintió a quienes suponían que este cascarudo anfibio se había dirigido al continente polar por los mares an tárticos. La negativa de Colbert fue rotunda: aparentemente el laberyntho donte era un animal de aguas frescas sus restos fósiles fueron hallados siempre cerca de antiguos arrollos, y hasta los anfibios contemporáneos (sus familiares modernos) detestan el agua salada. La explicación más aceptable y razonable para la presencia de estos seres en la Antártida, parece ser la de un desaparecido y tropical supercontinente. ¨Quizá otra humanidad de 200 o más millones de años pudo vivir en este tropical y paradisiaco continente? ¨Y ésta desapareció para siempre o tuvo que instalarse fuera de nuestro planeta, ayudada por tecnologías des conocidas? ¨O sus herederos son quizá los habitantes misteriosos del inte rior del planeta?

Preguntas que hoy no tienen respuestas, como si de acertijos se tratara, nos contentaremos en nuestra particular cruzada por desvelar los secretos que aún nos son vedados, aquellos que derrumbarán algún día el velo que nos impide ver la total realidad que nos rodea.

Mientras tanto, seguiremos informando hasta donde nos sea posible sobre los enigmas más inviolables del saber humano.

Autor: Alfonso Serra.

Nota: Quien esté interesado en contactar con el autor puede hacerlo a través del siguiente apartado de correos:

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