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LA CARA SUCIA DE LOS HECHOS

(SUPUESTAS APARICIONES MARIANAS EN LA ERMITA DEL REMEI).
(COPYRIGHT.1998) MARISOL ROLDÁN Y JOSÉ ANTONIO ROLDÁN.




 
 

Este es un reportaje estrellado. Estrellado contra el temor de unos "fieles" creyentes. Estrellado contra el temor del Obispado a ver convertido un lugar de apariciones marianas en un verdadero "mercado de la fe", del mismo tipo que los que presumiblemente Jesús disolvía tiempo atrás.
El lugar: la Ermita del Remei, a las afueras de Sant Vicenç dels Horts (Barcelona), un enclave de tantos donde unos autoproclamados feligreses, que se atreven a imitar, en número y esquema, a los doce apóstoles (aunque hay que reconocer que se preocupan de mantener el sacro lugar,
motivo por el cual se creen "dueños" indiscutibles, no ya de la propiedad en sí, si no de lo que allí suceda), se reúnen el día 5 de cada mes desde hace varias décadas. Han llevado adelante una serie de obras sociales; han sufrido la codicia de algunos de sus seguidores, la crítica de la prensa
local -según su opinión-, han vivido éxtasis, visiones, revelaciones y promesas de futuros milagros que quedan aún suspendidas en el aire de esta localidad del Baix Llobregat.
Dos miembros del equipo de redacción de la publicación Años Luz, Marisol y José Antonio Roldán, conocíamos la existencia de dicho lugar, y lo que lo envuelve, en todos los sentidos, por lo que organizamos una "pequeña visita para inspeccionar los hechos sobre el terreno". En ningún
momento nuestra intención inicial fue "llegar y desvestir el santo", pues creemos en la libertad de opiniones y creencias, sólo queríamos detalles e información, por lo que nos dirigimos, en nuestra ingenuidad, a pedir permiso para llevar a cabo dicha investigación-reportaje (creíamos, y aún
lo creemos pese a este extraño percance, que la educación no iba reñida con estos temas). Desgraciadamente, nuestra misión informativa fue un rotundo fracaso, y no nos duele afirmarlo -aunque en posteriores investigaciones hemos ampliado de forma "menos ingenua" documentos e informes
que estamos estudiando, pese a la reticencias de los "fieles del Remei"-. Eso si nos "divertimos de lo lindo" con la "amable" bienvenida de algunos de los Hermanos -no sé de quién-, y disfrutamos -eso si es verdad- de una espléndida tarde rodeados de verde y renovadores pinares.
La fe de los asistentes nos pareció loable, el sitio delicioso, se respira algo de espiritualidad en el ambiente -si es que lo espiritual es respirable-, que se ha mantenido a salvo del comercio que suele apiñarse entorno a este tipo de reuniones marianas. Incluso nos pareció encomiable el carácter
afable y la apostura de algunos -los menos- de los Hermanos, los humildes que se dedican a los arreglos florales y en sus ojos se podía leer la fe que le procesan a la Verge del Remei...de los otros mejor nos guardamos la opinión...¡por qué, señores!, realmente somos cobardes, o mejor dicho, no tenemos medios
suficientes para afrontar los amenazadores consejos que nos procesaron los "Hermanos" no tan humildes y mucho menos agradables (repito: hermanos, ¿de quién?). Los motivos alegados fueron vagos y casi banales, aunque de peso -por lo menos para ellos-, todo el peso que pueda tener la masa eclesiástica, que
según ellos les "recomendaban" no hacer público las posibles apariciones marianas, o de lo contrario les clausurarían "la libre acción" y la ayuda "terrenal monetaria" de la que gozan, aunque esto último lo hemos averiguado nosotros a través de fuentes que no podemos citar, ya que nos pidieron anónimato por el cargo
que representan. Y si miramos de reojo a la historia del omnipresente poder de la Iglesia, no dudamos, ni por un instante, que se sientan obligados a mantener oculto todo el "misterio del Remei" (real o no). Pero lo que no logramos entender -y ningún argumento de los Hermanos cercenó nuestra duda- es en qué derecho
se creen los unos, Clero, y los otros, ¿Hermanos?, para continuar con el secreto "sumarial", escondiendo las supuestas palabras y apariciones de la Virgen María. ¿Acaso desde la perspectiva católica sólo tienen derecho unos cuantos al mensaje de la Madre Universal?, ¿acaso es aceptable situar el listón tan alto?, ¿acaso
el "hecho" religioso sólo es en "exclusiva del mundo, mundial" para los que se creen -no digo "son", porque no pienso que nadie se pueda autoenfundar el calificativo de elegido de nada- elegidos?...
... No hay duda, son preguntas difíciles de responder, y no porque su respuesta no sea obvia, que lo es (¡NO!), si no que entre ella y la realidad fehaciente se interponen multitud de contras que, en algunos casos rayan la paranoia colectiva y la hipocresía individual.
No se puede discutir con el propietario si se puede o no invadir por la fuerza su tierra (aunque ni siquiera la Tierra tiene límites, solamente los morales de los humanos), sus posesiones o no, pero...¿no se puede discutir con alguien -y que conste que la violencia dialéctica, es tanto o igual que la física- sobre el poder
compartir un suceso plausiblemente extraordanario con toda la Humanidad?...
Aunque está claro que avivar la llama de lo incomprensible no lleva a nada, si es cierto que si "algo" sucede, tanto si es real como si es ficción inducida, se debe (y no si se quiere) mostrar al resto de los que por suerte o desgracia conforman esta, cada vez más, enajenada orbe, este mundo de inefable destino.
A pesar de todo, "aquello", es decir las supuestas apariciones de la Virgen, quizás siguen allí, y no creemos posible que la inoperancia consciente de sus "Guardianes", hermanos solamente de si mismos -y hasta eso pongo en duda-, ni la incompetencia abusiva del orden impuesto, puedan echarlo abajo -si es que hay algo
que derribar, lo cual desconocemos porque no hemos podido constatar que así suceda-...y respecto al hecho de las apariciones donde teníamos que haber escrito una amplia investigación de campo, hemos terminado creando una amarga crítica que no es más que el reflejo de nuestra humana incomprensión
ante acosos de la libertad de expresión y pensamiento, y añado "de conocimientos de los hechos", como es este caso que nos ocupa...
En fin la labor de investigación de los fenómenos anómalos, como se suele decir, no es un camino de rosas, y si lo es casi siempre nos vamos clavando las espinas en nuestras ilusiones, pero hay que ser conscientes de que tales hechos son ya de por si misteriosos y enigmáticos, y ya sólo falta que una congregación -salvo
excepciones puntuales- de incautos cretinos ricen más aún el rizo...Aún así las personas que nos dedicamos a investigar estos hechos, según mi opinión, no nos dejamos desalentar con facilidad, y quizás este "pequeño" chasco fue o será la base angular de posteriores investigaciones, con resolución más positiva. Y citando al poeta
latino Terencio, "Homo sum, humani nihil a me alienum puto", más o menos traducido queda así, "hombre soy, nada humano me es ajeno", y nada debe de pasarnos delante de nuestros ojos como humanos que somos, para que no nos "pique" un poco la curiosidad...¿no lo creéis así?...

José Antonio Roldán Sánchez
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