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LA PEQUEÑA RÍA

(Y lo que se nos viene encima)

Cinco de junio del año dos mil uno: me encuentro en Cantabria y en la mañana de dicho día, marchamos un grupo poco numeroso (doce personas) una pequeña área de esa provincia hispana, hoy comunidad autónoma. Vamos concretamente hacia las localidades de Comillas y San Vicente de la Barquera. Viajamos en un cómodo microbús.

La primera de estas localidades, es de cierta fama y por cuanto en ella nace, el que fue posiblemente, el último gran aventurero español del s. XIX, puesto que allí nació Antonio López y López (1817-1883) y de allí marchó siendo niño y lo hizo sólo y a pie, llegando en el transcurso de los años y tras intervenir en múltiples negocios, a acumular tal fortuna, que ella le permitió entrar en la Casa Real, adquirir amistad con Alfonso XII, el que le nombrará marqués (primer Marqués de ‘Comillas’) e incluso permitiera veranear ‘juntos’ en un palacio, propiedad del rico aventurero y el que veremos esta mañana. También el citado Sr. López y en su pueblo natal, funda la famosa Universidad Pontificia de Comillas (Hoy regida por los jesuitas) para lo que tiene que lograr el beneplácito papal. Recomiendo ver en fondos bibliográficos ‘las andanzas’ de aquel huérfano, que se hiciera inmensamente rico, llegando a ser, posiblemente en ese campo, el primer ‘indiano’ que de la cornisa cantábrica, marchara a América, precisamente a... ‘hacer sus Américas’.

Ambas obras (Palacio y Universidad) hoy son testigos mudos de aquellas grandezas, el uno por cuanto, deshabitado hoy, ha sido recogido por el gobierno cántabro para actividades culturales y políticas, evitando con ello el que llegase a su ruina. Y la Universidad, allí está inactiva, puesto que fue trasladada a Madrid por motivos que desconozco. En resumen, allí quedan esos ‘dos esqueletos’ para memoria de los hombres y sus obras; recordando mientras escribo, aquello tan sabio de que... ‘el hombre propone y Dios dispone’, puesto que el citado marqués, no pudo ver terminada ‘su universidad’ ya que la muerte le llegó seis años antes y prácticamente cuando la obra, estaba en los cimientos.

Casi contiguo al citado palacio, existe otra gran obra, debida a otro rico ‘indiano’; se trata del denominado ‘Capricho de Gaudí’, obra que fuera encargada a tan famoso arquitecto catalán y español, por aquel y para su propia residencia. Hoy y tras un abandono que amenazaba ruina, fue recuperado, restaurado y sirve como restaurante abierto al público en aquel apartado rincón, donde han tenido la buena idea de honrar a Antonio Gaudí y Cornet, con una estatua en bronce, de lo que estimo fue el tamaño natural del arquitecto y la que en posición de sentado y en estado contemplativo, viendo o admirando su propia obra; añade un muy destacado detalle, humano por demás; puesto que es claro que hoy apenas si se sabe quien fuera el que encargara el proyecto, sin embargo, el autor del mismo permanece y permanecerá en la historia mundial de la arquitectura, por el conjunto de su peculiares y geniales realizaciones y cuya obra cumbre, es la denominada ‘Sagrada Familia’, en Barcelona.

Pero es curioso; inicio un relato para hablar con preocupación de una pequeña ría, posiblemente muy ignorada, ya que ni viene señalada en los mapas que poseo... y miren por donde, mi mente me ha ampliado derroteros a seguir, puesto que antes de la ría, fueron visitados los ‘otros’.

Esa ría y cuyo nombre ignoro, se encuentra situada entre las dos localidades citadas al principio; y al cruzar la misma, por el puente que lo permite en la sinuosa carretera que seguimos y que bordea tan minúscula corriente marina; observo algo que si bien ya no me sorprende, si que me causa cierta preocupación y ello dentro de la impotencia fácil de comprender; pero es ello, precisamente, lo que me obliga a realizar este relato.

Observo en la mentada ría algo anormal y que a simple vista destaca; se trata de los ‘esqueletos’ vegetales, de una cantidad considerable, puesto que son cientos de troncos secos, de árboles de ribera, posiblemente de algún tipo de chopos ó álamos blancos y los que emergen de aquellas poco profundas aguas, con tétrica estampa y como aviso para el observador.

¿Qué ha ocurrido allí?... aparentemente nada, pero sí que ha ocurrido ‘algo natural’; o sea que las mareas atlánticas han aumentado su altura y las aguas del océano, llegan hoy a unos cientos de metros, tierra adentro, más que cuando aquellos árboles lograron llegar a adultos y prosperaron como tales en un lugar idóneo. Hoy la salinidad de las aguas ya impide ese tipo de vida arbórea; y es ese, el fenómeno natural que les causó la muerte, que por otra parte, debió ser muy lenta. En aquellas aguas y arenas, hoy quedan sólo ciertos arbustos y matorrales dispersos, los que se supone aguantan ese ir y venir de las aguas, por cuanto están adaptados a cierta salinidad ó es que la naturaleza, ha ido creando una nueva forma de vida vegetal y que sustituya a la caducada por cuanto digo, pues es claro que ‘la vida sigue en múltiples formas’.

Entonces (pienso)... es cierto lo tantas veces avisado y comentado a todos los niveles; el nivel de las aguas de los mares está subiendo, lenta pero implacablemente. Los casquetes polares se están deshelando; los glaciares de alta montaña o de climas fríos, lo están haciendo igualmente y hemos visto documentales con todo lujo de detalles; por tanto, quizá lo también anunciado y temido, cual es el denominado ‘cambio del clima’, avanza y cuanto he visto y relato, no es nada más que una insignificante muestra de lo que está ocurriendo a nivel planetario. De cualquier manera ‘nada nuevo bajo el Sol’, puesto que ya sabemos de otras grandes catástrofes y glaciaciones ocurridas en este pequeño planeta denominado Tierra.

Tres días después de mi observación; en un diario español (ABC 8-6-2001) aparece la siguiente noticia: ‘La Academia de Ciencias de EE.UU. deja en evidencia el plan Bush sobre el clima’ (contradice las decisiones presidenciales).

Sabido es la temeridad del citado presidente norteamericano, el que ha hecho oídos sordos a lo que acordaran a nivel mundial en Río de Janeiro, Kioto, etc. y en cuyos foros, la mayoría de países acordaron de tratar, en todo lo posible, el denominado ‘efecto invernadero’ (calentamiento de la Tierra) producido (se asegura) por el aumento de gases nocivos que está recibiendo la atmósfera terrestre.

Así pues, nos esperan ‘grandes novedades’ y puede que incluso catástrofes inimaginables, ya que los ‘poderosos’ (el principal es el citado presidente de EE.UU.) no están por el control y disminución de la producción industrial contaminante, pese al viso académico.

Y si yo al paso y a simple vista, he visto los citados árboles muertos y deducido cuanto digo... los muy poderosos EE.UU., que poseen muy potentes aparatos y todo tipo de tecnologías, instaladas incluso en satélites espaciales... ‘ya han visto y seguro que hace bastante tiempo, muchísimo más de lo que yo he visto con mis propios ojos y deducido por mi mismo.

Antonio García Fuentes

(Escritor)

www.jaen.ciudad.org (En ella: e-mail)

Plaza de Belén, 1 23003 – JAÉN – Andalucía – España



ANEXO DE REFLEXIÓN DE LAS ENSEÑANZAS DEL ‘TAO’:

‘El frío y el calor del clima son fáciles de evitar, comparados con la dificultad de eliminar las fiebres y escalofríos de la humanidad. Pero las fiebres y escalofríos de la humanidad son fáciles de eliminar, en comparación con la dificultad de librarse del hielo y de las brasas de tu interior. Si puedes liberarte del hielo y de las brasas de tu interior, todo tu cuerpo se llenará de energía armoniosa y la brisa de primavera siempre estará de manera natural donde tú estés’. (Del libro: ‘Retorno a los orígenes’ de Huanchu Daoren – s. XVIII)volver al INDICE